Solaris

| jueves, 14 de octubre de 2010 | 0:01


Nos internamos en el cosmos preparados para todo, es decir, para la soledad, la lucha, la fatiga y la muerte. Evitamos decirlo, por pudor, pero en algunos momentos pensamos muy bien de nosotros mismos. Y, sin embargo, bien mirado, nuestro fervor es puro camelo. No queremos conquistar el cosmos, sólo queremos extender la Tierra hasta los lindes del cosmos. Para nosotros, tal planeta es árido como el Sahara, tal otro glacial como el Polo Norte, un tercero lujurioso como la Amazonía. Somos humanitarios y caballerescos, no queremos someter a otras razas, queremos simplemente transmitirles nuestros valores y apoderarnos en cambio de un patrimonio ajeno. Nos consideramos los caballeros del Santo Contacto. Es otra mentira. No tenemos necesidad de otros mundos. Lo que necesitamos son espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos. Un solo mundo, nuestro mundo, nos basta, pero no nos gusta como es. Buscamos una imagen ideal de nuestro propio mundo.
STANISLAW LEM

4 comentarios:

Ilsa dijo...

En una librería de segunda mano,encontré un volumen de "Cyberiada".Me resultó interesante la compilación de fábulas,en las cuales muchos de sus protagonistas(robots),ponen de manifiesto la moral: el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto...Visualiza como puede ser el comportamiento de una sociedad, de sus valores, de la conciencia colectiva e individual...

Aunque hay relatos que tiene más fuerza que otros, lo bueno es que te hacen reflexionar.

Saludos.

Rodericus dijo...

Una reflexión bastante acertada. Creo que en el fondo, con nuestras exploraciones buscamos el mítico Edén, el paraiso perdido. Arrancamos nuestras exploraciones geógraficas al finál de la Edád Media en direcció oeste, en busca de los Campos Elíseos y de la tierra de los bienaventurados hasta que dimos la vuelta al globo sin encontrár rastro algúno del paraiso perdido. Todavia lo estamos buscando.

Saludos.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

La película de Tarkovsky es esplendida, me fascina esa posibilidad de enfrentarte con lo que más deseas, que muchas veces es lo que más temes. La elección de quedarte con una persona que sabes que no es real, pero a quién le importa si te hace feliz. Ya traté algo de esto en mi novela El abrazo del boxeador.

Ilsa dijo...

Tengo pendiente leer Solaris ,aunque vi la película actual y la verdad me defraudó, comparándola con la de Tarkovsky,sobre todo con su inicio y la música de Bach.Blade Runner ,también te hace pensar con el tema de si alguien te hace feliz,¡que más da que no sea humano!.¿Vanidad de la ciencia?.
Por otro lado, la verdad es que "El espejo",es una película extraña pero te impresiona como poco a poco, te van envolviendo,las reminiscencias,la intimidad de cada personaje,otra vez la música de Bach...

Como voy leyendo tu obra, de lo más actual a lo más lejano en el tiempo,tengo todavía pendiente "El abrazo del boxeador"...

Saludos.