Víctimas y verdugos

| domingo, 31 de enero de 2010 | 16:03


La película es buena, como interesante es esta reflexión en el suplemento Expansión y Empleo, hecha por Ignacio García de Leániz, sobre los despidos laborales y el mundo de los RRHH.



http://www.elmundo.es/diario/mercados/22124912.html








El hombre invisible

| viernes, 29 de enero de 2010 | 12:03




A los 91 años acaba de fallecer el hombre invisible. Jerome David Salinger, el fantasmagórico, el paranoico, el genio de la literatura o el genio del marketing, el trasunto de Holden Caulfield, el tipo que participó en el desembarco de Normandía, el individuo que recibía a las visitas con una escopeta, el admirador de Melville y que aborrecía a Hemingway, el chiflado que se bebía su propia orina, que era adicto a la telebasura y nos hablaba de que hay días perfectos para los peces plátano, el escritor que se escondió del mundo hasta que fue capturado en aquella famosa foto saliendo de hacer la compra. Personalmente, la obra por la que pasará a la historia, 'El guardián entre el centeno', me parece irrepetible, sin paliativos. Una fábula urbana cruda, sórdida, candorosa, esencial y tajantemente innovadora, cuyo protagonista es uno de los personajes más emblemáticos y poderosos que ha creado la literatura: Holden Caulfield. Una crónica de la adolescencia superdotada y perdida, infantilmente radical, que nos habla de la codicia, el vicio, la delincuencia, la sexualidad, la vergüenza, la pureza, el amor, la hipocresía. Quién podría olvidar ese fragmento en que Holden le dice a su hermana pequeña Phoebe: «Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Ellos están solos y no hay nadie vigilándolos, sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en el. Esto es lo que me gustaría hacer todo el tiempo, vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno».
Su primera y última novela se ha convertido en el libro de cabecera de generaciones y generaciones, que curiosamente comparten su fascinación con los nueve de cada diez desequilibrados mentales y psicóticos en potencia que afirman que es su libro favorito. Más adelante Salinger publicaría 'Nueve cuentos', una colección de relatos magistrales que no me canso de recomendar y regalar. Después, un par de cositas más y luego el vacío.
Cuarenta años en los que Salinger ya fuera por sequía creativa, por marketing o sencillamente porque le daba la gana, se retiró de la vida pública y se dedicó a la meditación. Hermético, inaccesible, su mito fue creciendo a la par que le comparaban con Hawthorne, con Scott Fitzgerald, con Twain. mientras su guardián, con los años, se volvía más sugerente, más arrebatador, más necesario, más real, más trágico y más divertido. La gran novela americana que todos los escritores anhelamos acabar, esa escritura que nos desinfecta por fuera y nos enciende por dentro, esa literatura que tiene que aliviar, conmocionar, que reinterpreta las viejas lecciones, ese Santo Grial y lanza de Longinos, todo junto y revuelto, es lo que Jerome David Salinger nos legó, suficiente razón para que se hubiese retirado durante tres reencarnaciones más. ¿Por qué? Porque el que ha osado volar como los pájaros, una cosa más debe aprender: a caer. Rilke también lo tenía claro.

Lo que no sopooooorto

| jueves, 28 de enero de 2010 | 0:42



Que el taxista me pregunte por dónde quiero ir, cuando su trabajo es precisamente llevarme por el camino más eficaz. Que un tipo me dé la tabarra en un medio de transporte público. Esas personas con complejo de inferioridad que hablan a voces por teléfono para que todos nos enteremos de su vida o esas otras que tienen la música puesta a toda pastilla con la ventanilla del coche bajada. Los tipos que te obligan a ser maleducado para que no te pasen por encima. La gente que sabes lo que va a opinar antes de que abran la boca -sobre cualquier tema-. La osadía de la ignorancia, que te explica cómo deben ser las cosas aun no teniendo ni repajolera idea. Los políticos que me mienten y que saben que me mienten y que yo sé que me mienten y que ellos saben que sé que ellos saben. El conformismo social, que impele a cierto personal a ser como ovejas, a no destacar, a no opinar, a no ser controvertido, a no indignarse ni quejarse. Las palabras que se ponen de moda y todo el mundo repite como cacatúas, en cualquier contexto, como "excelencia". Pensar que se puede vivir eludiendo las consecuencias. Los palmeros. El gin-tonic con pepino -sabe a gazpacho, como bien me iluminó mi colega Luisgé Martín-. La música country. Los Beatles -ni juntos ni por separado-. La ausencia de orden. Que cuando vas de compras el vendedor se te pegue como un molusco. No tener un vaso de agua cerca cuando estás de resaca. Las ínfulas culturetas, su impostura. Los camareros y las dependientas y los funcionarios y etcétera que te tratan como si te hicieran un favor. Los feos -y no me refiero a la apariencia física-. Que se estropee un CD alquilado hacia el último tercio de la película. Ducharte con agua fría. Los individuos que desprecian lo que no conocen. Pasar demasiado tiempo sin viajar. Faulkner. El hígado y la lengua de vaca. El vino malo. La prostitución infantil -ESTO ME TOCA MUCHO LOS COJONES-. Woody Allen cuando quiere ser Woody Allen. Bob Dylan cuando cree que puede cantar mal por ser Bob Dylan. Que me pregunten si lo de escritor me da para vivir. Los que quieren quedar bien con todo el mundo -son impostores, directamente-. Schoenberg o cualquier cosa que se le parezca -Chopin también me pone nervioso-. Los licores malos...



To be continued…

APOCALYPSE NOW O EL PRÍNCIPE GITANO

| domingo, 24 de enero de 2010 | 16:58



Si ustedes creían que con el Caudillo habíamos tocado techo -o fondo-, están muy equivocados. Entre la lista de desastres que han asolado a la Humanidad, el saco de Roma, el terremoto de Lisboa, el hundimiento del Lusitania... hay uno que los reduce todos a mera anécdota: el día en que el Príncipe Gitano decidió vender discos fuera de su pueblo. Su particular versión de In the ghetto es un documento estremecedor como pocos. Les recomiendo ver el primer vídeo y después la virtual traducción en el segundo. No podrán dormir.

FOLLOW ME WITH FRANCO

| miércoles, 20 de enero de 2010 | 14:29

Este es uno de los momentos fundacionales del régimen: el día en que Franco habló inglés. Por una vez y sin que sirva de precedente, el Caudillo les alegrará el día. Cantri, rilisin, femili... y Viva España, por supuesto, no me sean rojeras ni judeomasónicos.

AYUDA A HAITÍ

| domingo, 17 de enero de 2010 | 16:42


AYUDA A HAITI: Desde Vodafone envía un SMS con el texto: CR al 5280 (Lav cantidad total 1,04 € se cede directamente a Cruz Roja Española). Desde Movistar enviar un SMS al 28000 con la palabra AYUDA, 1.2 € irán íntegros para Cruz Roja. Cuesta muy poco.

Los listos y los muertos

| viernes, 15 de enero de 2010 | 19:23



Contaba Ramiro Santiesteban, superviviente de Mauthausen, que un día un joven de las SS, uno de los peores, le dijo: limpia el suelo que me rodea de nieve, que hace frío. Él sabía que era una trampa: si se acercaba a menos de seis metros, el SS tenía orden de matarle de un tiro. Así que le pidió que se apartase. Se apartó, refunfuñando. Luego, por la tarde, se le acercó. Fue raro porque ellos no podían hablar con los reclusos. Le dijo: Hay que ver, si no fueras tan listo, tú estarías en el crematorio, y yo con un día de permiso.

La superbe

| martes, 12 de enero de 2010 | 11:09

Pongan una estética a lo Benicio del Toro después de un par de días de farra, cierto dramatismo de recitado a lo Norma Desmond, unas letras como si Albert Camus se hubiera dedicado a componer, y tendrán al nuevo crack de la chanson francesa: Benjamin Biolay. Junten todo esto con Marie Agnès Gillot, que es la chica que baila, y me cuentan.

Bocatto di cardinale XXXIV

| sábado, 9 de enero de 2010 | 0:25




Bueno, sí, vale, tengo debilidad por Werner Herzog, qué se le va a hacer. Hoy iba a poner In the loop, que es una peli fantástica, pero acabo de ver Bad Lieutenant y me divertí. Me gustó más que la de Ferrara, Cage cuando quiere ser actor lo es, y la escena de las iguanas es puro Herzog cuando se le va la pinza: me gustaaaaaaaaaa.






Paul Weller siempre tiene garantía: es el tipo que dijo una vez que él valía lo que valía su último directo.

Roman Gary

| miércoles, 6 de enero de 2010 | 0:00





En estas fechas en vez de hablar de esta realidad civil y política recubierta por una capa de ceniza fría que habitamos, voy a ser más amable y procuraré recomendarles algunos regalos literarios. En esta ocasión me complace hablarles de Roman Gary. ¿Por qué? Porque yo cuando sea mayor quiero ser como el señor Gary. En un principio porque fue relegado por los críticos de Noveau Roman, y si tenías en contra a aquellos tipos es que estabas haciendo algo bueno. Luego porque ganó dos veces el Goncourt, a continuación porque estuvo casado con la bellísima Jean Seberg, seguidamente porque fue uno de los noctámbulos que refundó la bohemia parisina, después porque triunfó en los negocios, consecutivamente porque sus ventas de libros eran millonarias, acto seguido porque sí, porque escribía como dios, y además porque me cae bien, y la química para mí es muy importante. No obstante, dejo para el final un par de adendums que resultan medulares: porque supo vengarse y porque acertó a retirarse a tiempo. Les cuento.

Después de ganar el primer Goncourt, a causa de su gaullismo, cierta crítica dominada por ese Nouveau Roman -mezquino, injusto, maledicente- comenzó a ningunearlo, a considerarlo demodé. ¿Qué hizo Gary? Pues cambiarse el nombre por el de Emil Ajar, mantener el anonimato, escribir la fantástica La vida ante sí, ganar el segundo Goncourt y recibir los elogios de los mismos que antes, como Roman Gary, le tachaban de facha y acabado. Y, por supuesto, la retirada, ese arte tan complicado de ejecutar. Cuando se murió su esposa, harto de escribir, impotente, enfermo, decidió que la cosa se acababa allí y, ni corto ni perezoso, se encerró en su casa, se puso su mejor pijama de seda, escribió una nota que ponía: Me lo he pasado muy bien, muchas gracias y hasta la próxima, y se descerrajó un tiro. Previamente había puesto una toalla roja sobre la almohada para que no fuera demasiado escandaloso. Eso yo lo llamo clase. Por eso, y por otros cientos de causas, les recomiendo 'Las raíces del cielo, la citada 'La vida ante sí', 'La angustia del rey Salomón', 'La tormenta', 'Próxima estación: final de trayecto', pero sobre todo la maravillosa, redonda e inolvidable 'Lady L', en la que se enamorarán de esa gran dama de la sociedad británica mientras les cuenta su pasado, un pasado sorprendente de todo modo, hasta que en la ultimísima página descorra el velo sobre el más recóndito de sus secretos, algo tan bello como terrible, tan humano como tenebroso.

Gastronomías del mundo mundial

| lunes, 4 de enero de 2010 | 0:04

PORQUE LA CULTURA NO ES SÓLO LITERATURA.
Espero que hayan entrado con buen pie en el 2010. Y si no, para ayudarles a enderezar aquí les traigo un par de propuestas. La primera es un Rioja, Pagos de Labarca, a mi entender un gran vino.




La segunda propuesta es un Ribera muy, pero que muy interesante: Durón. Ya me contarán.