Los maleducados

| viernes, 13 de marzo de 2009 | 10:07



Yo me suelo mosquear por muy pocas cosas, una de ellas es la mala educación. Normalmente escucho la argumentación de que si te encuentras a un maleducado, no hay que ponerse a su altura, pero yo creo que sí, que hay ponerse, y devolverle la pelota con el doble de fuerza, porque ellos tienden a aprovecharse de la educación de su víctima, y además de humillarla, se quedan como reyes, sin complejos de culpa, y hay que creárselo de una forma severa en la medida en que sea posible hacerlo a uno de estos paquidermos. Hay una cosa que se llama honor, y sin honor es complicado vivir, además de que yo la educación sólo la guardo para la gente educada. No obstante, esta es únicamente mi opinión, que ni siquiera es criterio.

Hace poco dos matadores, José Tomás -uno torero malacostumbrado a que le bailen la danza de los siete velos diciéndole que no es de este mundo y que posiblemente al final se lo ha creído-, digo, este señor y Paco Camino han devuelto sus respectivas medallas de oro de Bellas Artes en una rabieta de gata Flora -si se la meten ríe, si se la sacan llora-, alegando ligereza en la concesión del galardón porque se lo han dado a Francisco Rivera. O sea, que le están llamando mierdecilla a la cara, así, textualmente. No entro a valorar ni el grado de perfección de los susodichos, ni el oficio que le ponen, ni las puertas grandes acumuladas, ni los revolcones, ni si ha habido ganas de buscar publicidad, ni si hay envidias porque Rivera se levanta a las gachís más cañón o porque es más mediático ni nada, sólo valoro que todos ellos tienen los huevos de ponerse delante de un morlaco de quinientos kilos y no echar a correr como haría yo. Y eso implica respeto. R-e-s-p-e-t-o. Si un torero no entra en el canon de tu poética y crees que es una castaña y que sólo tú posees el arte, la nobleza y la maestría, ¿por qué te preocupas de un trozo de metal que da un ministerio? Si el único prestigio que te importa es el que dan en una plaza, ¿por qué te turbas a causa de un nimio oropel burocrático? ¿Se imaginan lo que pasaría si esto ocurriera en el Premio Planeta? Pero, claro, en el Planeta aparte del laurel te dan una paletada de kilos… ¿Habrían devuelto la dichosa medalla si hubiera ido acompañada de un montón de plata? ¿Qué hubiera sucedido? Ah, cómo me gustan las ucronías, esos filamentos de lenta incertidumbre… Hace nada, en una cena con un periodista mexicano, se dijo una frase que define muchas cosas: a mí la doble moral se me antoja venial, es el pan de cada día, lo que me molesta, lo que me irrita de verdad, es la triple moral.

9 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Nacho, buenos días.
Me parece muy correcta tu reflexión. Eres un diestro, pero del teclado.

Abrazos,

Ale.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Lo digo muy en serio, la falta de respeto es de las pocas cosas que me saca de mis casillas.

Besos y abrazos, Alejandra.

Santiago Bertault dijo...

Desde cuando esperas respeto, el gremio en el que te mueves es un claro ejemplo donde las puñaladas vuelan.
Y estoy de acuerdo contigo, cuando te quieren tomar el pelo o similar, se debe reventarlos (golpe tras golpe)
En cuanto a los toreros, ya sabes esa famosa canción:

Si te gustan los toros, mata a los toreros.

Saludos chavalote

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Amigos, amigos, amigos y familia, hay que elegir muy bien quien te rodea, eso te va a salvar de todo. Cuando tuve que elegir entre la trascendencia y el nihilismo, tiré por el camino del medio, el optimismo. La amistad existe, el honor existe y la buena gente existe, sólo hay regarlo con unas navajas a la sidra en Lastres, y a tomar por el culo el existencialismo.

Abrazos.

martello dijo...

En clase, a los pequeños -tienen entre diez y doce años, y es clase de inglés, pero tampoco importa, podría ser en cualquier clase, en cualquier momento-, siempre les digo que han de ser educados, con muchos ejemplos, incluso hablándoles de la última "aventura contra la mala educación" en el autobús urbano, y me dicen que para qué, que todo el mundo actúa así, pero requiere insistencia, les digo, un poco aquí y otro allí, un poco de educación, de cortesía, de amabilidad, siempre merece la pena, siempre. Aunque piensen que su “profe” ha sido sacada de una de las historias que les lleva a clase, de otra época, sé que son educados, que repetirles todo el tiempo “por favor” y “gracias” da resultado. Es una parcela muy pequeña, una clase, pero tan sólo un ejemplo de lo que ha de ser. No hay que dejar de hablar de ello, de demandarlo. Así que, muchas gracias.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

Suscribo todo lo que usted dice. Yo siempre recomiendo ver Los duelistas, de Ridley Scott, al margen de la violencia o ideología que se puede derivar de la cinta, que un individuo detenga un duelo a sangre cuando el otro va a estornudar, pudiendo ensartarlo y deteniéndose, es una buena metáfora del asunto. Tiene que haber cierta elegancia en todo.

LBO2 dijo...

Tras un fin de semana con cine y música (buena combinación de artes) retomo el blog. Por cierto, la película de “El lector” me ha parecido fantástica. Trata el tema de la banalización del mal y de cómo se puede juzgar a una mujer analfabeta que ha cooperado por su circunstancial oficio en las grandes fechorías que todos conocemos sin tener conciencia de la naturaleza criminal de sus actos. Hay además una hermosa historia de amor y una agradecida metáfora de la lectura como fuente de salvación individual.
En Asturias, en concreto, en el Teatro de la Laboral de Gijón, tuvimos la suerte de contar el sábado con la visita de un estupendo músico: Michael Nyman. En un Teatro abarratado nos hizo una presentación de dos de sus discos. Recuerdo como si fuera ayer el día en que un exquisito cinéfilo me pidió que tocara el piano para él, por primera vez. Me dijo que la película de “El piano”, sin ser mala, estaba sobrevalorada, pero no así la banda sonora, que le gustó mucho y que me pidió que le tocara. A mí me gustó mucho la peli, la verdad (el cinéfilo en cuestión tiene difícil encontrar pelis a su altura, y no por medir 189 cm., sino por ser muy exigente en lo que al séptimo arte se refiere). En la medida de lo posible procuro yo satisfacer los deseos del hombre al que deseo, y decidí medir como posible el hecho de acceder a su petición y se la toqué. La banda sonora de “El piano”, quiero decir. Me gusta la música de Nyman con repetición cíclica o continuada de breves motivos y una clara sencillez. Es un músico minimalista que pertenece a una corriente de finales del XX, preludiada en algunas obras de Erik Satie (por cierto, su Gnossienne número I, con matiz orientalista me parece deliciosa) o más alejado en el tiempo de Bach, salvando las distancias, claro.
Pero no entro yo a contar mi vida (simplemente que no me quería yo resistir de mencionar a Nyman y la peli) sino a mentar los tropezones periodísticos del fin de semana. Como por ejemplo, la opinión del señor Van Morrison, una leyenda de la música, que ha declarado: “Sólo me gusta la música. El resto es mierda”. Pues bueno; se comprende que cada uno defienda su arte, pero tanto como despreciar el resto....tampoco. Un poco más fino, pero en la misma línea, el señor Diego Medrano, escritor ovetense, autor de “El Clítoris de Camille” que presentó el pasado jueves en la librería Cervantes su último libro “Sobrevivir puede ser muy divertido”. En la entrevista que le hacen, en la cual el periodista no duda en calificarlo como nuestro escritor (o sea asturiano) más lúcido (bueno, bueno, ya será menos, tal vez haya otros) declara Medrano que “TODO ES LITERATURA”. O sea, que afirma, sin cortarse un pelo, que no curan los médicos. Lo dijo Brodsky, recibiendo el Premio Nóbel casi en el psiquiátrico: “Cura la entonación con la que el médico habla al enfermo”. Pues mira tú por dónde que va a ser que no. Que a mí, si me sale un cáncer de los que ya tienen remedio, me da igual que el médico sea tan borde como House; que me cure oiga, que me opere y limpie bien, que para charlar, ya tengo otra gente.
En fin, hay artistas que se ponen radicales en su arte, y que ven el mundo sólo desde su arte, sin apreciar o valorar el resto. Tal vez no se lo crean, y sólo lo digan por impactar mediáticamente. No sé yo.
El tercer tropezón periodístico (y tal vez debiera empezar aquí, y haber ahorrado el resto al personal) el artículo titulado “Los maleducados”, publicado en El Comercio del sábado 14 de marzo, y en el “Marfil de la Torre” del viernes, como acabo de ver. Pues, dado que el autor de dicho artículo afirma que se mosquea por pocas cosas (la mala educación una de ellas), espero que no se mosquee el promotor de este blog si le digo que no comparto su opinión en absoluto respecto al tema de las medallas (por consiguiente tampoco la de los bloggeros que añaden comentarios favorables al mismo) y espero que no se mosquee porque trataré de hacerlo con algo que creo que me caracteriza, en principio, que es la buena educación (aunque me enrolle más de la cuenta, según gustos, y por tanto, me consideren maleducada, si para ellos, alargarse lo es).
Por empezar por lo positivo, lo mejor del artículo el final, lo de las ucronías, que me obligó a tomar el diccionario, para descubrir que es algo que hacemos los economistas también, en análisis econométricos alternativos, llamados “análisis contrafactual”, o sea, análisis alternativo para tratar de ver: “¿Qué habría pasado si.....?”. En fin, que no te acostarás sin saber una cosa más, tras un artículo de Del Valle. Yo, al menos. Es que soy una inculta. ¡Qué se le va a hacer!. Con el principio, me reí. O mejor dicho, con la visualización del mismo. Te aseguro que daría algo por verte en acción en uno de esos momentos. En primer lugar, porque te comprendería perfectamente (reconozco oh! Señor, que en este tema, yo también he pecado y hace pocos días, la última vez), y en segundo lugar, porque lo disfrutaría seguramente, dado que entiendo que el único arma de las personas cultas es la palabra. No obstante, tras haberlo hecho en varias ocasiones (procuro no obstante no levantar nunca el tono de voz), me arrepentí posteriormente. Y no porque pensase que yo no llevara razón, sino por los efectos que tenía sobre mí, al colocarme a esa altura. Por eso, con el paso del tiempo, y fruto también supongo del proceso de envejecimiento, me he ido poniendo más del lado de los que defienden que si te topas con un maleducado, no hay que ponerse a su altura. Procuro ser muy lateral o prácticamente ignorarlo, porque si me dejo llevar por lo que me pide el cuerpo en ese momento (cosa que confieso, de vez en cuando hago y he hecho), la verdad es que luego me siento peor. Así que, te comprendo (y me gustaría verte) pero he optado por tratar de no hacerlo. O, al menos, intentarlo.

Discrepo algo en este punto, pero no tanto como en el resto. Vamos a ver, señor Del Valle. El premio a las Bellas Artes en el toreo a Francisco Rivera es un PREMIO MAL DADO, o mal concedido, se mire por dónde se mire. Y yo no creo que Paco Camino y José Tomás, estén queriendo insultar a Rivera y llamarlo mierdecilla, como indicas. Están, simple y llanamente, diciéndole a quien concede el premio, que no comparten el criterio del galardón, que no entienden que se los haya dado a ellos, si ahora se lo dan a Francisco Rivera, y que sencilla y llanamente, no saben de qué va este arte, o que han querido ignorarlo en el momento de conceder este galardón.
No soy experta en nada, y menos en toros, aunque creo que tampoco soy una ignorante en este tema, o me gustaría dejar de serlo. Hago por ello, porque me gusta. Desde hace seis o siete años, son incondicional de la feria de Begoña, (me encantaría ir a las Ventas, con más frecuencia, pero me coincide con época de demasiado trabajo) y te garantizo que falta UNA para la primera vez que Francisco Rivera haya hecho algo decente por aquí. Y ha venido por Gijón, te aseguro que ha venido. Francisco Rivera no es un buen torero, no es ni medio bueno, es más, no llega ni a mediocre. Me he tragado un par de tomos de Cossío, y repito, no soy experta, pero tampoco ignorante, y al menos, he empezado a distinguir, creo yo, el bien del mal en este arte. Hay algo que es dogma para mí; que no se puede amar lo que no se conoce. Y si quieres disfrutar de algo, lo primero es tratar de conocerlo, de entender, lo que puedas, del tema. Y cuanto más, mejor. Sea el arte que sea. Estos dos toreros, que merecen ese nombre, no han insultado a Rivera, han hecho lo que pensaban que debían hacer de acuerdo con su criterio. A José Tomás, tal vez se le baile demasiado la danza de los siete velos. Estaba contratado en la Feria de aniversario de Begoña, el año pasado, y se lesionó y no pudo venir. Me gusta un toreo más clásico, tipo al de Ponce (que tampoco se moja demasiado últimamente cuando viene por aquí; no es profesional molestarse más o menos según la plaza, creo yo), o de Manzanares. De hecho, si a José Tomás lo pillan tanto, es que algo no está haciendo bien. Está claro, que se deja la piel en ello y, lo que es más importante, hace disfrutar a quién va a verle. Rivera, aburre. Basta leer una crítica (por cierto, tienen un lenguaje maravilloso, con muchas barreras de entrada pero con el que disfruto) para saber lo que piensan los entendidos de él. ¿Quién estaba ahí para darle ese premio? Ni idea, oye. Ni idea.

Decir que él también se pone delante de un toro, es demagogia, a mi modo de ver. Y no es propio de ti, aunque no te conozco. Yo también me puedo poner delante de un lienzo, horas y horas y horas, o el mismo tiempo que dedicó Picasso a lo largo de su vida, y no por ello, voy a hacer algo ni medio decente (soy nula para el dibujo) ni merecer el mismo reconocimiento que tuvo él. La demagogia es propia de los políticos. Aunque quiero seguir creyendo que la política es una noble actividad, lo cierto es que entre ellos, hay tantos demagogos, maleducados e incultos, que a veces me lo ponen difícil. Siempre me he preguntado qué hay dentro de la cabeza de Pepiño Blanco, además de unas cuantas virutas de serrín. De veras, no creo que sea así, porque creo que no eres ni un demagogo, ni un maleducado (aunque se lo digas a quien lo es), ni mucho menos, un inculto.

Soy amante, entre otras cosas de los números. Por eso, los premios deportivos, que se miden en décimas y centésimas, son indiscutibles. El cronómetro es infalible. Las personas, no. Los que se miden en goles y canastas, pueden serlo algo más si falla el árbitro (error humano). Y en estos artísticos o similares, hay errores sin parar.

El día que vino Schumacher a recoger el Príncipe de Asturias, yo no daba crédito. Fue un premio dado para “desfacer” el entuerto del anterior, un ejercicio de chovinismo exagerado, que encima, desprestigia unos premios, que tratan de ser creíbles y de prestigio a nivel internacional. Si yo soy Schumacher, además de no recoger y aceptar el premio, tras habérselo dado a Fernando Alonso primero, les diría al Jurado: “¿es que ustedes no saben contar?. ¿Cuántos campeonatos ha ganado cada uno?”.

Más de lo mismo. Nadal y Federer. Me alegro por Nadal; pero al menos éste, a diferencia de Alonso, que lo cogió y ni se acordó de que Schumacher existía, Nadal ha declarado que espera que se lo den a Federer. Nadal llegará a la estratosfera, en el tenis. Ojalá. Pero en el momento en que se lo concedieron, la trayectoria de Federer era mejor. Luego no fue un premio al mejor tenista, en ese momento. Ni al mejor corredor de Formula 1. Fue un premio a un español y un asturiano, grandes deportistas, que ojalá lo sean más en el futuro, pero no los que más lo merecían en ese momento.

Se podía haber llegado más lejos que Nadal. Se podría haber dicho: “Yo no merezco este premio, hay otro mejor”.Eso sería, el summun de ejercicio de nobleza. Imaginemos que a mí me dieran el premio Chopin de Varsovia (el más heavy que hay). Es algo totalmente impensable, porque a mí no me habrían aceptado ni en la pre-clasificación de la pre-clasificación del premio. Pero supongamos que me colé, por la razón que fuera y que me lo dan en la próxima convocatoria. Yo, en primer lugar, lo rechazaría, porque no lo merezco. Supongamos que lo acepto. ¿Sabes lo que haría, o lo que yo creo que haría Krystian Zimerman?. Fue el más joven ganador de este premio, y en las críticas de sus conciertos, lo suelen llamar el extraterrestre del piano, porque de verdad, de verdad, que el sonido que puede sacarle a un teclado no parece de un ser humano. Pues bien, el tipo en cuestión es un tanto divo. Se le perdona, de verdad. Todos los amantes del piano se lo perdonamos todo. Pero si tal cosa sucediera (que yo aceptara el Chopin), él devolvería el premio, insultaría a todos los que me lo han dado, vendría, me llamaría “bajateclas”, en lugar de pianista, y encima, tal vez me escupiera en un ojo por haber aceptado el premio. Y yo, le comprendería. Me limpiaría el escupitajo y, a continuación, le pediría que me diese unas indicaciones de cómo tocar la Sonata Patética de Beethoven. Es un intérprete inmejorable de este músico. Da igual que me las diera; no podría hacer ni en mil vidas lo que él hace con un teclado, a pesar de que en el examen de séptimo de piano, en el Conservatorio de mi ciudad, me pusieron un sobresaliente, por la interpretación de esta Sonata.

¿Qué deberían hacer los anteriores ganadores del Nobel de Literatura si en la próxima convocatoria se lo dan a Diego Medrano? ¿Quedarse callados?. ¿Crees que lo harían?.

Las faenas hay que rematarlas. Rivera, entre otras muchas cosas, no sabe matar. Desgracia al toro. Paco Camino y José Tomás no han insultado a Rivera, ni creo que tampoco le envidien que se levante a las gachís más cañón. Y creo que sí habrían devuelto el premio, con millones incluídos. Si son, el tipo de toreros que pienso que son. Dinero, precisamente, a los toreros no les falta. Es un ejercicio contrafactual, pero creo que es así. Porque si lo aceptasen, por dinero, pensando lo que piensan, creo que se sentirían como putas. Es difícil vivir del arte, pero hay cosas que en arte, han de ser de veras, por amor al arte, no por dinero.

Si yo me acuesto con un hombre, por deseo y por amor (bueno, es redundante, porque amor de pareja sin deseo sexual, es otra cosa) y resulta que al terminar (pongamos que el morlaco hubiera quedado como ha de quedar, muerto, requetemuerrrrrrto, ergo, satisfecho y sin sufrir; tal vez tal cosa, en mi caso, sea tan imposible como que yo gane el Chopin) me pone encima de la cama una paletada de millones igualita a la del premio Planeta, mi reacción primaria sería decirle: “Métete tus millones por el culo”. Vivo en un chalet de 330 metros cuadrados sobre dos mil metros cuadrados de terreno, que está sin terminar de pagar (ay!, si no fuera por los bancos). Tal cantidad, me vendría de perlas. Pero no. Es algo que una financiera resolverá con el tiempo y un trabajo blindado contra la crisis. Si yo aceptase el dinero, me convertiría en una puta. De oficio. Muy cara, pero puta. Y paso. Tampoco le diría lo anterior, por coherencia con lo dicho al principio, me mordería la lengua (bien fuerte) para no enmierdarme yo, me vestiría, y le diría algo así, como que: “Esto último, no ha sido un placer”. Los dos saldríamos ganando. Yo, no convertirme en una puta (o sea, aceptar dinero a cambio de sexo) y él quedarse con sus millones. Habría perdido totalmente la posibilidad de volver a acostarse conmigo, o sea, tampoco nada excepcional. A mi entender, no entro dentro del subgrupo de “gachí cañón”. Entre otras cosas, me faltan centímetros, no diré de dónde.

Si un día te dan el Premio Planeta, Ignacio del Valle (ojalá!) que sea porque has escrito un gran libro. No por otros méritos, por ejemplo, que tengas muchos amigos que te quieren para disfrutar las navajas en Lastres (mi padre era forofo del Restaurante Eutimio de allí, y nos llevaba con frecuencia) o porque te puedas levantar a las gachís más cañón. Ese premio te lo habrá dado la vida y te lo seguirá dando, por fascículos o con la enciclopedia definitiva, según quieras o desees. No me cabe la menor duda. Pero de verdad, el Premio Planeta, que sea por un buen libro, que seguro que también serás capaz de escribir. Ese premio primero, por el impacto mediático y los milloncetes, y luego, los de colorín literario, Nadal, Cervantes...¿porqué no?.

Lamento haberme alargado, una vez más. No soy una reduccionista, qué le voy a hacer.

@Lalecubino:

Tal vez sea demasiado tarde, pero aquello que dije: “Este coñ........dejará de dar el coñ........cuando le salg......etc”, no retiro lo dicho, o mejor, lo escrito, pero sí la forma en que lo dije.


@Lalecubino y @Rémora:

Dado que según los datos que obran en mi poder a través del blog, ambos son varones heterosexuales, les preguntaría: A su juicio, de Vds, las señoras Eugenia Martínez de Irujo y su prima Blanca Martínez de Irujo, ¿serían catalogadas como gachís cañón?. Es que la perspectiva femenina heterosexual puede estar distorsionada en estos casos, pero también discrepo

La primera, su ex mujer, cañón, cañón, los títulos y el dinerito de su mamá, la duquesa de Alba, creo yo. Y la segunda, su prima (qué puntería el Rivera, para esto, porque para matar al toro.....) tiene un rostro agradable, una mirada muy dulce y dos dedos de frente.....o alguno más que él, así que creo que ésa ha sido la razón de que rompiera la relación.....Son las dos gachís con que más tiempo ha estado.....Creo que no de tipo cañón.

Tal vez el jefe del blog se refiera a otras: Carla Goyanes, o el fichaje más reciente de la ex miss España, Elisabeth Reyes.....¿no?.-

En fin. No siempre nos damos la razón, pero está bien que la gente se moje y de su opinión. Pero lo importante, siempre, es no perder la educación y hacerlo todo con una cierta elegancia. Totalmente de acuerdo.

Un día me salí de una reunión de trabajo, importante, cabreada porque el que la moderaba no era capaz de lograr el consenso y dar una solución en base a las razones expuestas y escribí lo siguiente:

LA RAZÓN

La razón es aquello que mejor repartido está;
todo el mundo tiene una pequeña parte de ella.

Lo que ocurre, por desgracia, es que algunas personas,
están convencidas de tenerla, absoluta y solamente, ellos.

Este es el motivo por el que la mayoría de los hombres
han sido siempre más propensos al enfrentamiento que a la negociación.

Esta es la razón por la que, en la mayoría de los casos,
el crimen y la guerra se han impuesto al diálogo y a la convivencia.

Así pues, no resulta tan difícil saber cómo volver al buen camino:
basta con admitir que nadie está en posesión de toda la verdad.

El progreso humano y social consiste, tan sólo, en eso:
en reconocer la parte de razón que asiste a cada uno.

LBO2 dijo...

En el Magazine XL Semanal de ayer, en su columna Arenas Movedizas, el señor Carlos Herrera publica un artículo titulado: “La medalla milagrosa”, que parece escrito haciendo un “copiar y pegar” del artículo del Sr. Del Valle relativo a esta polémica. Pocos aficionados saben tanto como Herrera de este arte, que no es ningún fan por otro lado de José Tomás. Creo que no le saluda cuando va por la plaza. Yo no interpreto que sea una falta de respeto devolver una medalla, pero está claro que no es una opinión muy compartida. No han dicho nada de que se la quiten a Rivera; simplemente que ya no la quieren. Algo así como cuando Del Olmo y otros periodistas no recogieron un premio (creo que fue el Ondas, no lo recuerdo) porque se lo daban también al presentador matutino de la COPE. Supongo que en esta línea argumental, aquello también sería un insulto a ese periodista ¿verdad?.

Si se me permite, me gustaría decir que la lectura del artículo del titular de este blog publicado en El Comercio, de viernes de 20 marzo, ha sido para mí exactamente lo que reza el título de dicho artículo. Por cierto, el lugar al que haces referencia, Ignacio, cambiará de ubicación este año. Existe mucha polémica al respecto publicada en prensa asturiana estos últimos días. Espero que no me llegue el ruido; más o menos a 800 metros de mi lugar de trabajo. Yo también soy una burguesita nacida en Oviedo a principios de los 70, lo cual nunca ha impedido que yo me mueva por el mundo. Un profesor en Oxford, experto en literatura y gramática inglesa, nos dijo en clase un día: “los de Oxford mejor con los de Oxford”. Nos echamos a reir; el se quedó impasible. Serio, lo repitió. Se me quedó grabado. La vida no me ha dado argumentos para discutírselo. Me extendería más sobre dicho artículo, pero ello me acarrearía dos costes: 1) Temporal; 2) Volver a ganarme una bronca sobre lo que se escribe y no en un blog. Me va quedando claro; ya van más de dos avisos que son los legítimos en los toros.....

@Rémora:

Lamento la pregunta. No volverá a suceder ni volveré a hacer una referencia personal, a iniciativa propia. Entiendo que me lo comenta sin acritud, en el mismo tono, sepa Vd., de lo que escribo en este momento.
Me sorprende la insistencia en que me haga un blog; insisto en que no me lo voy a hacer. No me considero tan interesante como para despertar interés con lo que a mí me interesa. Y no me lo tomo como una vía indirecta de decirme: “que me vaya a otra parte a bloggear”, aunque lo parezca. Queda claro. Sin acritud.
Respecto a “Lo de bueno, si breve, dos veces bueno”: Está claro que sus intervenciones siempre lo son; predica con el ejemplo. Y tal vez sea una máxima en su vida que no dudo de que le deja satisfecho, a Vd. Es muy cristiano eso de que no le harás a otros, lo que no quieres que te hagan a ti. Alargarse, ¿para qué?. ¿Verdad?.

@Lalecubino:

Aunque Ignacio del Valle me permitiese editar un post sobre ese tema, por supuesto que no lo haría. No creo que yo sea experta en nada, pero preferería hacerlo sobre Chopin, o mercados de capitales, que creo que no toca por aquí.
Mucho mejor que se lo sugieras a una verdadera experta en el tema, como Dolce. Seguro que tanto a ti, como a Rémora os dejaría mucho más satisfechos que cualquiera de mis aportaciones. No me cabe la menor duda. Es más, ha quedado meridianamente claro.
De hecho, aunque no sé gran cosa de fútbol, me atrevería a hacerlo más sobre el BarÇa que sobre ese tema. Aunque no lo creas, de ese equipo no me pierdo ni un partido. Menudo festival de goles, ayer......¿Obligación o devoción?.

Los de Oviedo, solemos ser del Madrid. No soy una excepción.

IGNACIO DEL VALLE dijo...

En fin, sigo en mis trece de que ha sido un insulto y de que Tomás ya debe hablar en tercera persona. Abrazos a todos.