Proud to be human -sometimes-

| martes, 25 de noviembre de 2008 | 13:04


El profesor Mitra de la universidad de Newcastle desarrolla A hole on the wall, un programa educativo basado en colocar ordenadores alimentados con paneles solares en lugares sitos en el culo del mundo. Se instalan fuera de las escuelas, donde los niños normalmente se entretienen, se coloca una cámara oculta, y a ver qué pasa. El último se dejó en Dras, la India, un sitio con inviernos de 22 grados bajo cero, donde apenas hay comunicaciones y desde el cual, para llegar a un lugar civilizado, hay que cruzar desfiladeros de 4500 metros de altura.
Para los críos de Dras, un ordenador con conexión a Internet es lo más cerca que se puede estar de una civilización extraterrestre. ¿Qué sucedió? Pues el milagro, lo que suele suceder con los críos. En tres meses entre 200 y 300 aprendieron a manejarlo solos, organizándose y ayudándose entre ellos, aprendiendo un inglés funcional y todas las funciones del cacharro.
¿Los efectos secundarios? El ambiente social mejoró debido al orgullo de sus mayores por lo que habían conseguido, subieron la atención y las notas de los chavales, etc...
Según el profesor Mitra, se necesitan tres céntimos al día para alfabetizar, entreteniendo, a todos los niños de la Tierra.
En fin, que alguien tome nota. Cuando nos ponemos, seguimos siendo LA HOSTIA...